El otro día me pregunté, ¿qué estoy haciendo? ¿a dónde quiero llegar? ¿cuántas veces más? ¿hasta cuándo? ¿es esto es lo correcto?
Me pregunté todo eso mientras revisaba unas postales, de tantos viajes hechos y otros por hacer. Y me preguntaba esto porque para ser sincera nunca he sentido el peso del reloj cronológico. Me siento cómoda y feliz justo en este momento, donde estoy, con un par de sueños más a los que sigo persiguiendo -literal- porque si no voy tras ellos no los cumpliré.
Y me preguntaba todo esto, porque estoy a meses de cumplir 30 años, y todo lo que pensaba que sería a mi 30, no lo soy, y que bueno. Me alegra no ser esa mujer que pensé a que sería, me sorprende superar mis expectativas, encontrarme con una mujer fuerte que ha salido adelante, y sobre la manera genuina en que me permito ser y mostrarme a los demás.
No le tengas miedo al reloj, ni a la edad, que no te estrese si tienes 25 y no has terminado la universidad, o aún no sabes que estudiar, tómate tu tiempo. Nadie puede decirte cómo ni a qué ritmo vivir tu vida, recuerda que esperar también es parte de la vida.
Mujer mestiza, 29 años