Vamos a suponer que ya no tienes interés en saber de mi o en lo que hago, que no te hace falte verme o llamarme a altas horas de la noche. Que ya no esperas mis mensajes en las mañanas y que ni siquiera te preocupas por lo que estoy haciendo, pero algo es claro, algo sé y muy bien, de tu memoria no puedes esconderme, sigo ahí como la primera vez que me viste y te sonreí.
Y sé que esa sonrisa que viste cuando corría en la calle sigue vigente en tu memoria, seamos honestos, tu memoria no me dejará a un lado, en ella todavía estoy en tiempo presente
y aunque pase el tiempo, cambie mi cuerpo, me cambie el cabello y tu hayas conocido otras sonrisas, de tu memoria no puedes esconderme, lo sabes y lo sé.