Que te amo, que paralizo mi vida a diario para recordártelo.
No por falta de intentos, si no porque se me da fácil decirlo,
porque mis labios dibujan esa palabra cuando sé que estás frente a mi,
porque los lees y saben leerte, que si, que me hace falta decirlo, por mi.
Que te amo, y que no duraría en recordártelo una y otra vez.